Retrospectiva sobre Ana

En mis primeras conversaciones con Ana, la musa dariana de las segovias, le dije que Managua era para mí una ciudad tan mental y sentimental, tan histórica y mítica que me rehusaba a verla extraña, bulliciosa y desordenada como la ven ciertos poetas de esas tierras  que fueron el teatro de guerra de Sandino. 

Y yo que no soy poeta, le argumenté por qué sentía una sensación dulce y espiritual en Managua.

Su respuesta fue lo siguiente:

Managua 

En el muelle del lago duerme Darío 

Sueña con Urania que lo recibe en el cielo 

Y más allá el Momotombo ruge encendido de rojo

Sandino se divisa en la oscura noche mientras su madre grita

ante Tiscapa que recibe los muertos

El palacio está adornado de luces ahí la mujeres dramatizan y bailan una lúgubre canción

Bryan Dávila