Meditaciones a las orillas del Lago

 

El cielo gris se confundía con el gris del Lago de Managua, podía divisar las costas de Tipitapa al Este y al Oeste el Momotombo. El viento soplaba con una tenue brisa que de pronto se convertía en aguacero. Solo quería un golpe de inspiración a través de la meditación en uno de los lugares favoritos del Maestro Rubén.

Como barco a la deriva – anoté – mientras maldecía por la violencia con que el viento arrebató una página suelta sobre la mesa, deshaciéndose en el instante, por la lluvia impetuosa en aquella histórica costa del malecón de Managua.

Traté de escribir sobre la historia de los siglos de Víctor Hugo cuando vi al Momotombo sobresalir en medio de aquel mal día, pero el pensamiento solo me trasladaba a estos tres últimos años que para mí han sido iguales a siglos. La recordé atisbando al Momotombo en una tarde tropical de Febrero, con sus cabellos sueltos, testa real erguida y una larga sombra negra proyectándose a contra luz del sol naranja, pensando en el futuro, en su futuro.  

Víctor Hugo, Rubén, ella y yo, impresionados por el coloso de cono perfecto que dormita eternamente a las orillas del Lago. Quizás nuestros hijos, y nietos (los suyos y los míos) también piensen en el Momotombo en este siglo y el próximo.

Solo quedaba el incesante viento invernal que traía desde la lejanía un vaso, rodando sin tregua. Atisbándolo desde la distancia, lo vi pasar frente a mí hasta que se perdió en la lejanía opuesta y pensé que yo era como ese vaso a la deriva, empujado sin tregua por la vida y el tiempo. Igual que aquel vaso no sé de dónde vengo, ni a donde voy. Solo rodo, rodo, rodo y rodo pasando apresuro por la vida de otros que ruedan en direcciones contrarias, o en la misma, pero en caminos adyacentes que nunca se cruzan.

Recordé todo el camino recorrido con ella durante los últimos tres años, hasta la trágica bifurcación que sufrimos en Junio, mes que siempre ha sabido lanzar su canto gris a Mercurio. ¡Aquí estaba otra vez!, lanzado su canto triste y atragantado por un nudo de esos que preceden al llanto. Me di cuenta de mi estado hasta que una lágrima mojó justo lo que había escrito. Lo taché y escribí: como vaso a la deriva.


Bryan Dávila 

Comentarios

  1. Felicidades compañero, que guste ver tu talento plasmado, sigue adelante que lo que te espera es gigante!!

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  2. Muchísimas felicidades Bryan Davila!!! Sos un chavalo, un profesional capaz de lograr lo que se proponga, cuanto más lees más cosas sabes, cuantas más aprendes a más lugares llegarás como ahora a mi corazón a través de tus escritos!

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  3. Felicidades Bryan Davila!!! Sos un chavalo, un profesional por el cual siento mucho orgullo por tu capacidad de lograr tus objetivos como lo haces ahora con tus escritos. Cuato más lees más sabrás, cuantas más aprendes a más lugares llegarás.

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  4. ¡Idílicamente eterno, es este tu don! Dávila, que la vida nos preste días para que escribas y podamos leerte. Éxito, mi querido amigo.

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