Mis palabras en el Coloquio Literario desde la Juventud “Auscultando el Paraíso”, Vida y Obra de Carlos Martínez Rivas
Granada, Nicaragua, 12 de octubre de
2024
Bryan Dávila
Breve reflexiones sobre
la Obra de Carlos Martínez Rivas
Las únicas obras que
pasarán a nuestra Historia Literaria, son aquellas que fueron creadas con
sangre, sufriendo el drama de su época, y de sus contemporáneos, sus
situaciones, límites frente a la soledad y la muerte.
Ernesto
Sabato
Carlos Martínez Rivas,
pertenece a la estirpe de Los Raros que ha pasado a nuestra Historia
Literaria, es figura central de la cultura nicaragüense contemporánea. Es el
segundo poeta nicaragüense después del Padre Mágico, Rubén Darío.
Es un genio poético que
ha elevado la Historia Cultural de Nicaragua. Su vida y obra intelectual son un
reflejo de lo singular e irrepetible, destacándose por la perfección en,
estructura y forma, así como por su profundidad y rica carga de significados.
Todo esto lo logró mientras vivía al margen del confort, transformando esas
experiencias en insumos para su creación artística, tal como se revela en su
“Proyecto de Obra Maestra”.
Porque tiene que ser en
las peores condiciones.
Careciendo, no solo de
lo necesario sino
de lo indispensable.
Recursos Materiales, Cero.
De la miseria surja el
fulgor. Ningún óbalo
del mundo empañe su
diafanidad.
Por eso todos tenemos
una deuda de agradecimiento con Carlos Martínez Rivas. Su vida y su obra dan
sima a un magisterio esencial e ineludible para la valía intelectual y el buen
hacer de las nuevas generaciones, quienes debemos de sentirnos aludidos cuando
en su poema “Calidad de la Página”; afirma categóricamente:
Hay que aprender a
escribir una
Antes de escribir mil.
¡Ay quienes escriben
mil
sin aprender a escribir
una!
Son los autores de LAS
MIL
Y NINGUNA.
El 10 de septiembre de
1984, durante una disertación en la UNAN-Managua, compartió su experiencia
sobre cómo aprendió a escribir sus mil y una páginas:
“La obra mía, no es más
que una obra desprendida de los estudios de maestros españoles clásicos, de
maestros españoles ingleses, de maestros españoles franceses, con una capacidad
nicaragüense, congénita, de escribir poesía, y una incapacidad congénita para
escribir un Best Seller”.
Es decir, su grandeza
artística no solo es producto del talento para escribir, sino de una disciplina
para nutrirse de grandes autores y maestros que le antecedieron, o sea nada se
lo dejó a la casualidad.
Y en cuento a su
aseveración de incapacidad para escribir un Best Seller, fue más bien,
creo, producto de su resistencia a seguir publicando, decisión asumida con
exactísima conciencia por su propia conducta. Martínez Rivas valoraba el arte y
la escritura por encima del éxito comercial, lo que refleja su compromiso con
la poesía como un arte genuino y no como un mero producto de comercialización.
En 1982, en entrevista
con Steven White, Carlos Martínez Rivas, se refirió sobre su poesía:
Yo sencillamente lo que
declaro es mi individualidad, lo que me preocupa, lo que me gusta, lo que me
asusta, lo que me disgusta. La Insurrección Solitaria, es una insurrección no
política sino cultural. Yo no tengo ideas, ni ideales, ni ideologías. Yo solo
tengo pensamientos. Pensamientos que se marchitan como las flores.
Y sin embargo, en sus
obras encontramos atisbos de un claro posicionamiento de la realidad
nicaragüense, sintetizada en la figura de Sandino. De hecho, en su poema
“Proposición Teológica a un Prelado de parte de un Feligrés”, refiere:
He aquí que la virgen
concebirá y dará
a luz un hijo.
Y le pondrán por nombre
EMMANUEL.
Esto es, “Dios con
nosotros”
(Isaías 7:14)
Y tú Niquinohomo,
No eres ciertamente la
más pequeña,
Porque de ti saldrá un
jefe
Que dirijirá a tu
pueblo,
Lo enderezará y llevará
al lugar señalado.
(Miqueas 5, 2 / Mateo
2, 6).
En cumplimiento de esa
profecía, ahora sabemos en Nicaragua Sandino manda.
En todo caso, Carlos Martínez
Rivas se funde y funda con la palabra, no se marchita, sino que deja lecciones
dignas de ser practicadas, por ejemplo, “Los Perdedores Caen en la Lona”,
escribe con una precisión de sentido colectivista, de igualdad y solidaridad,
propia de un pensamiento que dignifica la humanidad, al decir:
Si
todos somos, nadie es mas grande,
Si
la victoria de uno es la derrota de otro,
Toda
victoria es, en algún lugar,
Un
fraude.
A caso estos versos no
se parecen aquella aspiración de la humanidad de eliminar la explotación del
hombre por el hombre, es decir, yo soy si vos sos, para que junto seamos.
Por último, cito a
Beltrán Morales:
“En este país podrá
suceder cualquier cosa, (otro terremoto, otro Darío), y la Insurrección
Solitaria, estará terca y desafiante, como la inconmovible Peña del Tigre en
el Océano Pacífico”.
Con esto queremos
decir, que hasta donde el tiempo ondee su poesía, es un deber acompañar,
estudiar y asumir su terca e implacable rebeldía espiritual y habitar su
PARAISO RECOBRADO.
Bibliografía
Beltrán Morales (1975)
Sin páginas amarillas, Managua: Ediciones Nacionales.
Pablo Centeno-Gómez
(2002) Al pie de la Cátedra Carlos Martínez Rivas.
Carlos Martínez Rivas
(2024) El fulgor de un limón, selección
de poemas de CMR por Juan Chow y Héctor Avellán.
Nota: Mi participación en este Coloquio fue gracias al inmeso trabajo cultural que realiza el Instituto de las Culturas de Pueblos y Juventudes.
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