Zeledón, precursor del antimperialismo nicaragüense

 

Generales Zeledón y Sandino, recuperado de Cuaderno Sandinista


La Concordia, Jinotega, cuatro de octubre de 1879, nace Benjamín Francisco Zeledón, justo cien años antes del triunfo de la Revolución Sandinista y este cuatro de octubre de 2021, a 142 años de su natalicio y 109 años de haber caído en desigual combate contra la marina yanqui y el ejercito conservador de Adolfo Díaz, los buenos hijos de Nicaragua recordamos a nuestro Héroe Nacional, cuyo alto grado de patriotismo y defensa de la soberanía nacional transfirió al General Sandino y a todas las generaciones de sandinistas que militamos en el FSLN.

El cuatro de octubre representa la fecha en la que se une la vida y la muerte, el principio y el fin, el Alfa y Omega. Es el día de la siembra, día en el que se demuestra que la Soberanía no se discute, sino que se defiende con las armas en las manos.

El General Zeledón cae en combate en la finca El Arroyo mientras va en retirada, después de resistir en las fortalezas de El Coyotepe y La Barranca.  Atrás había dejado a su esposa e hijos para darlo todo por la patria.

Hombre lúcido, un intelectual nacionalista, abogado a los 24 años, había ejercido su profesión como Juez de lo Civil en distintos puntos del país, fue alcalde de la ciudad de Managua, alcanzó el grado de Coronel en la Guerra de Namasigüe y finalmente Ministro de Guerra durante el efímero gobierno de José Madriz, también depuesto por Estados Unidos.

Se exilia y regresa a Nicaragua para integrarse a la Guerra de Mena. Adolfo Díaz no pudo resistir a los rebeldes por sus propios medios y pide la intervención de la marina yanqui para que resguarden su poder político. El 14 de agosto de 1912, seis buques de guerra desembarcaron en puerto Corinto, con 3000 efectivos del ejército yanqui.

En septiembre de ese mismo año, Luis Mena abandona la lucha y Zeledón no admite rendición. Dos meses después de la intervención imperialista, Zeledón cae en combate. Su cuerpo es arrastrado y expuesto por las calles empedradas de Catarina, para advertir de lo que le sucedería a cualquier otro que quisiera seguir los pasos del General Zeledón.

Los imperios siempre han reservado la pena de muerte para los revolucionarios, para tratar de abortar las revoluciones y dejar frustrado el inconsciente colectivo del pueblo que se propone dominar.

Ese cuatro de octubre de 1912, Sandino ve el cuerpo de Zeledón siendo arrastrado por las calles de Catarina, lo que impactó su vida y su futura decisión de Patria Libre o Morir. Zeledón bajó de las montañas del norte, para asistir a su cita impostergable con la historia, en las cercanías de las haciendas de Don Gregorio Sandino, captando la atención de Sandino y transferir la esencia de la lucha armada por la defensa de la patria y la soberanía; de modo que, a la inversa, Sandino sube a las montañas que vieron nacer a Zeledón convirtiéndolas en el principal teatro de combate del EDSNN contra la segunda invasión yanqui en aquellos días.

En 1929 Sandino, convertido en General del EDSNN, cuyo nombre mundialmente conocido resonaba en los periódicos de la época, viaja a México para pedir ayuda militar al gobierno de ese país y aunque no logró su objetivo, el 4 de octubre de ese año desde Mérida, Yucatán escribe:

Hoy, 4 de octubre, entra el pueblo nicaragüense al décimo octavo año de lucha antimperialista en Nicaragua.

Mucho se ha escrito con relación al origen de la intervención norteamericana en mi patria, pero cuanto más se escribe, más se hace necesario mencionar fechas históricas como la del 4 de octubre de 1912 en que se principió a bosquejar en los círculos políticos de Nicaragua el proyecto para la celebración del escandaloso Tratado Chamorro-Bryan. Los rumores acerca de ese proyecto produjeron en aquel pueblo, fuertes conmociones de inconformidad y se desarrolló una sangrienta revolución contra el ya vendepatria Adolfo Díaz Recinos, instrumento reconocido de la piratería yanqui, que era también en aquel entonces presidente de Nicaragua.

La revolución a la que nos referimos dio principio en nuestra ciudad capital, Managua, el 28 de julio de 1912 y terminó el 4 de octubre del mismo año con la muerte de Nuestro Héroe Máximo, General Benjamín Zeledón, quien con un puñado de valientes patriotas lanzó al mundo, al rugir del cañón y bajo la lluvia de metrallas, su enérgica protesta por la intromisión del gobierno yanqui en nuestros asuntos internos.

Benjamín Zeledón gran patriota, soldado valiente, su heroico sacrificio en aras de nuestra Soberanía Nacional no será olvidado y su recuerdo vive latente en el corazón de todo buen hijo de Nicaragua.

Era yo en aquel entonces muy joven y estaba encargado de las haciendas de mi padre, pero el amor a mi patria, ayer como hoy, latía en mi corazón y seguí con anhelo el desarrollo de los acontecimientos.

Niquinohomo, mi pueblo natal, está situado en las colinas del Cerro Pacaya, a dos leguas de la ciudad de Masaya, estando esta ultima ciudad en los bajos del Cerro Pacaya, en una preciosa y extensa llanura que desde mi pueblo ofrece a la vista un bellísimo paisaje.

En esa ciudad de Masaya, a la que Rubén Darío llamó Ciudad de las Flores, se encuentra la fortaleza de La Barranca, donde estaban atrincheradas las fuerzas del General Benjamín Zeledón contra los invasores norteamericanos y los vendepatrias nicaragüenses encabezados por los esbirros Emiliano Chamorro y Adolfo Díaz. El 4 de octubre, en la madrugada, yendo yo en camino a una de las haciendas de mi padre, escuché descargas de fusilería y ráfagas de ametralladoras en las hondonadas del Cerro Pacaya; consecutivamente se oía arreciar un formidable combate que se había entablado entre dos mil soldados de infantería de la Marina norteamericana unidos a quince mil vendepatrias nicaragüenses contra quinientos hombres del General Zeledón, que se defendían heroicamente contra aquella oprobiosa avalancha humana, después de un prolongado sitio que habían sufrido los autonomistas nicaragüenses, en aquella ciudad, donde tuvieron que comer hasta sus cabalgaduras.

Nuestros sentimientos patrióticos y nuestro corazón de hombre joven se encontraba en desesperante inquietud, pero nada pude hacer en bien de aquella noble y grandiosa causa sostenida por el General Benjamín Zeledón y a las cinco de la tarde de ese mismo día, aquel Apóstol de la Libertad había muerto y en una carreta tirada por bueyes fue conducido su cadáver al pueblo de Catarina, convecino del mío, en donde hasta por hoy, bajo una lápida lamosa y semidestruida por la intemperie del tiempo se encuentran los restos de nuestro Máximo Héroe y Gran Patriota, General Benjamín Zeledón.

Mérida, Yucatán, México, octubre 4 de 1929.

Patria y Libertad

A.     C. Sandino.

No se podría agregar nada más a tan contundentes palabras de un testigo ocular del heroísmo del General Zeledón. Sin embargo, habría que anotar que Sandino cuenta los años de lucha del pueblo nicaragüense, a partir del 4 de octubre de 1912, el año cero de nuestra lucha por la segunda independencia, por la búsqueda de nuestra libre autodeterminación. De modo que Sandino se declara continuador de la causa zeledoniana, y lo denomina en dos ocasiones como Máximo Héroe, presagiando el decreto n° 536 que emitió la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional en septiembre de 1980, en el que se declara al General Zeledón como Héroe Nacional, siendo consecuentes con Sandino cuando escribió:  Benjamín Zeledón gran patriota, soldado valiente, su heroico sacrificio en aras de nuestra Soberanía Nacional no será olvidado y su recuerdo vive latente en el corazón de todo buen hijo de Nicaragua.

El FSLN durante la lucha anti somocista y casi 60 años después de su paso a la inmortalidad, estableció el Frente Sur Benjamín Zeledón comandando por el compañero Edén Pastora. Luego, como ya mencionamos, en 1980 lo ubica formalmente en el panteón de nuestros héroes y mártires y en este 2021, el FSLN lanza su campaña electoral justo este 4 de octubre reafirmando ese acto heroico de Zeledón como precursor del antimperialismo nicaragüense al no pensar dos veces en defender la patria, reafirmando el legado de Sandino, cuyo dedo sigue señalando a los vende patrias de ayer y hoy, a los malos hijos de Nicaragua, y reafirmando la lucha por la segunda independencia, bajo la consigna  FUERZA DE PUEBLO QUE VENCE.

 

Bryan Dávila

 

Fuentes:

Puertas, A. (2014) La espiritualidad de Sandino, el último profeta. 2da edición. Rosa de los vientos producciones. Managua, Nicaragua.

Comentarios

Entradas Populares