Primeros expedicionarios ibéricos en Centroamérica y Nicaragua: lucha por el poder colonial (1513-1531).
Bryan Dávila
Primigeniamente hay que aclarar
qué es y qué no es este ensayo. No es un estudio exhaustivo de la
historiografía colonial en sus primeros años, sobre ello se han escrito ríos de
tinta y en ese sentido, este texto no pasaría de ser una tautología de los ya
ampliamente abordado.
Concomitantemente, este ensayo
pretende poner de relieve la lucha por el poder colonia entre los mismos
expedicionarios y gobernadores ibéricos en el actual territorio de Centro
América y particularmente de Nicaragua, a pesar de estar todos subordinados a la
corona española.
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Es por todos conocidos, que el
doce de septiembre de 1502, en su cuarto y último viaje, el almirante Cristóbal
Colón infelizmente desembarcó en Cabo Gracias a Dios, sin saber que estaba en
tierras distintas a las Asia y que después de dar "Gracias a Dios", la naturaleza
misma de nuestra tierra nicaragüense los rechazó en el Rio del Desastre (Rio
escondido) donde naufragaron y perecieron los tripulantes de una de las canoas
del almirante.
Dos expediciones más sobre el Mar
del Norte[1]
tuvieron poco éxito. Hasta que Vasco Núñez de Balboa logra atravesar el Istmo
de Panamá y llega al Mar del Sur[2].
Con estos nuevos conocimientos de la geografía de lo que más tarde llamaríamos
Centro América, se emprenden expediciones desde las actuales Repúblicas de
Honduras, México y Panamá en búsqueda del “Estrecho dudoso”, o el punto en que
el Mar del Norte y el Mar del Sur se unen.
Bajo esa inquietud, la Corona
española nombra a Pedro Arias Dávila como gobernador de Castilla del Oro,[3]
así está registrado en la cédula real firmada el 27 de julio de 1513 en
Valladolid, como lo cita
En 1514 Pedrarias toma posesión de
su territorio, inaugurando con este acontecimiento la lucha por el poder
colonial entre los mismos expedicionarios ibéricos en las tierras de Centro
América. La simple investidura de poder que le concedió la Corona, muestra cómo
despojó a Núñez de Balboa del territorio que había tomado en nombre del reino
de España.
Núñez de Balboa continúa, sin embargo, explorando
por el Mar del Sur, con embarcaciones construidas por él mismo. Esta acción no
la podría tolerar el nuevo gobernador, y celoso de su territorio, Pedrarias
entra en conflicto con Núñez de Balboa.
La captura, juicio y condena de
Núñez de Balboa, se debió pues, al peligro que representaba este último para
Pedro Arias. No obstante, la eliminación física de su compatriota atrajo el
interés de nuevos expedicionarios que entran en la palestra política, al solicitar
al rey de España las embarcaciones que fueran de Vasco Núñez, para continuar
los ejercicios de exploración por el Mar del Sur. Andrés Niño y Gil González
Dávila, obtienen el permiso de la corona y se presentan ante Pedrarias con la
cédula real para que les entregara los antedichos barcos. Sin embargo,
Pedrarias no los acogió bien y se
negó a entregarles los barcos de Balboa. Decepcionados, pero no abatidos, se
trasladaron a las Islas de las Perlas,
construyeron en ella sus propios barcos y partieron el 21 de enero de
1522, por el Mar del Sur, a descubrir lo mandado por los reyes y lo tan deseado
por ellos. (p. 27).
Ante la insubordinación de los nuevos
expedicionarios, el gobernador Pedrarias buscará el momento adecuado para
sacarlos de la partida a cualquier costo.
Mientras tanto, a los
expedicionarios del Mar del Sur se les averió una de las embarcaciones, por lo
que Andrés Niño se retrasó con un grupo de hombre en la compostura del barco,
mientras Gil González emprende su viaje por tierra. Andrés Niño en su lento
viaje por el Mar del Sur, toma posesión de la Isla el Cardón frente al actual
Corinto de Nicaragua, seguidamente llegan hasta el Golfo de Fonseca, nombre que
le designan en honor al obispo de Palencia, Juan Rodríguez de Fonseca, gracias
a quien, el rey de España les concedió el permiso de explorar en estas tierras.
Por su parte, Gil González se
entrevista con el cacique Nicoya, quien lo recibe hospitalariamente y se
bautiza, seguidamente penetra por el istmo de Rivas, corrían para entonces los
primeros días de febrero de 1523 y asombrado del Gran Lago de Nicaragua, le
llamó “la Mar de Agua Dulce”.
El cacique Nicarao también lo
recibió hospitalariamente y se bautizó, en su recorrido continua caminando por
occidente nicaragüense. Para entonces, el Cacique Diriangén informado de la
presencia extrajera, sale al encuentro de Gil Gonzales y lleva consigo
obsequios y se muestra hospitalario, escucha a los colonizadores quienes hablan
en nombre del rey de España y de la Iglesia, exigiendo ante todo la conversión
de todos los nativos. Diriangén pidió una tregua de tres días para dar una
respuesta.
Era sábado 17 de abril de 1523 a
mediodía, cuando se presentó Diriangén ofreciendo resistencia combativa,
repeliendo a los expedicionarios ibéricos, el Cacique Nicarao también se unió a
la lucha, haciéndoles retroceder de sus territorios. Esta es la primera
expresión combativa, de lucha y resistencia de los nativos nicaragüenses ante
el poder colonial.
Ante el fracaso de Gil González,
Pedrarias tiene deseos de expandir su gobernación hasta Nicaragua, establece alianzas
con otros colonos de su patria en Castilla del Oro para atentar contra la vida
de Gil Gonzales, tal como lo había hecho con Núñez de Balboa en 1519.
Durante los años 1524 y 1525,
Hernández de Córdoba conquista los territorios de Nicoya, el istmo de Rivas y
todo el occidente de Nicaragua, fundando a su vez, las ciudades de Bruselas[6],
Granada y León. Aun pese a la resistencia contante de los nativos dirigidos por
el Cacique Diriangén.
Mientras Hernández de Córdoba se
encuentra en la misión de su jefe Pedrarias venidos desde Castilla del Oro, Gil
González Dávila desembarca en Higueras[7] y
a su vez, expedicionarios de Hernán Cortés venidos desde México, todos
españoles ibéricos de gobernaciones distintas confluyen en nuestro territorio
que por Derecho ya tenía dueños. Todos representando a la corona española pero
más allá de eso, representando los intereses de la geofagia de sus respectivas gobernaciones.
Este sería el último intento de
Gil González por gobernar los territorios de la actual Nicaragua, pues fue
hecho prisionero por la gente de Hernán Cortés, llevado a México y
posteriormente trasladado a España, donde fue enjuiciado, aunque no corrió con
la misma suerte de su par, Vasco Núñez. Gil González Dávila dejó de ser un
problema definitivamente para Pedrarias cuando falleció en su ciudad natal, Ávila,
en 1526.
Como es notable, Pedro Arias en
menos de diez años de gobierno ha salido invicto por la lucha del poder
colonial en Castilla del Oro, ante sus adversarios Vasco Núñez y Gil González.
Hernández de Córdoba continúa la
conquista por Nicaragua, solo que esta vez influenciado por Hernán Cortés, para
convertirse en gobernador de Nicaragua y separarse de Castilla del Oro o
Panamá, trató de congraciarse con los reyes de España esperando de ellos su
nombramiento como gobernador, con esta actitud se granjeó el rechazo de sus súbditos
quienes regresaron a Pedrarias.
Ante las amenazas reales de las
intenciones separatistas de Hernández de Córdoba, el gobernador Pedrarias parte
para Nicaragua. Llega a Bruselas que estaba totalmente despoblada por Hernández
de Córdoba y contrario al proyecto de su insubordinado, la repuebla y sigue su
viaje hacia Nicaragua, una vez en Granada, el lugarteniente Martín Estete
captura a Hernández de Córdoba en León con motivo de su rebeldía ante el
gobernador de Castilla del Oro.
La pena de muerte dictada por
Pedrarias a todos aquellos que atentaran contra su poder colonia en Castilla
del Oro, era una práctica tradicional, bajo la cual establecía el terror a
todos aquellos que quisieran seguir el camino de Vasco de Núñez, Gil González,
y Hernández de Córdoba.
Ejecutado Hernández de Córdoba, Pedrarias
consolida su geofagia de Castilla del Oro desde la actual Panamá, hasta León de Nicaragua. Sin embargo, ante todos
los atropellos hacia sus coterráneos, la Corona española lo depone del poder y en
su lugar designan a Pedro de los Ríos como nuevo gobernador de Castilla del
Oro.
Por esa misma fecha, la Corona
española nombra a Diego López de Salcedo como gobernador de Higueras, quien en
1527, sin pérdida de tiempos, se toma la ciudad de León reclamando su derecho a
gobernar sobre Nicaragua, retando a su igual de Castilla del Oro. Por segunda
vez, Nicaragua presencia la lucha por el poder de los ibéricos en su propio
territorio. En esta ocasión el sistema de encomienda estaba en auge, de modo
que los nativos estaban subyugados bajo esclavitud desde hacía dos o tres años.
Ante los conflictos de ambos
gobernadores, las ciudades de León y Granada tomaron carta en el asunto, por lo
que se convocaron en un cabildo en León para decidir por la vía pacífica quién
ejercería dominio sobre ellos. No obstante, téngase en cuenta que los
ciudadanos asistentes a aquel cabildo no podían ser nativos del país, porque en
primer lugar, no era practica propia de ellos convocarse en cabildos; en
segundo lugar, porque estaban esclavizados en el sistema de encomienda, muchos
de ellos incluso fuera de sus tierras, y en último lugar, porque ellos
ofrecieron resistencia para no permitirse gobernar por España, menos que iban a
asistir a un cabildo para descifrar a que gobernación de España pertenecer.
Aquel cabildo termina a favor de
López de Salcedo,
López de Salcedo queda sin
contrincante y como gobernador de Nicaragua, aunque nunca fue reconocido por la
corona española. Mientras Pedrarias, aprovechó su influencia en la Corte Real
de España para cabildear y que terminara siendo nombrado gobernador de Nicaragua, independiente tanto de Castilla del Oro como de Higueras.
Tres año más tarde, Pedrarias
moriría fiel en su lucha por el poder colonial en Centroamérica.
En conclusion, se puede decir con
precisión que Centroamérica era un botín preciado por todos los expedicionarios
y gobernadores que se la repartieron. Cruentas luchas interexpedicionarias
españolas tuvieron lugar en nuestro territorio, que contuvieron una amplia gama
de acciones, desde insubordinaciones, traiciones, guerras campales, hasta
eliminación física de líderes coloniales. Y aunque no se aborda en este ensayo,
a la luz de estos acontecimientos, desde ya se puede avizorar de dónde devienen
todas las acciones revanchistas de las burguesías liberales y conservadoras
cuando sustituyeron al poder colonial en 1821.
Así mismo, se destaca la pericia maquiavélica
con la que Pedrarias se mantuvo en el poder colonial desde 1513 hasta 1531 en
Castilla del Oro y finalmente en Nicaragua.
Entre tanto, nuestros nativos resistieron hasta donde sus fuerzas y rudimentarios armamentos les alcanzaron para enfrentar la espada de acero de España. Expropiados de sus tierras y esclavizados en el sistema de encomienda.
[1] Mar Caribe.
[2] Océano Pacífico
[3]
Actual República de Panamá.
[4] Subalterno del Gobernador Pedro Arias
Dávila.
[5] Actual República Dominica.
[6] Actual territorio costarricense.
[7] Actual Honduras.
Bibliografía
Esgueva, A. (2007). Las fronteras de Nicaragua y Costa Rica en los documentos históricos. Managua : IHNCA-UCA.
Francisco de Oviedo, G. (1975). Historia General y Natural de las Indias, islas y tierra-firme del mar océano. Nicaragua en los cronistas de la Indias(3).
Meléndez Chaverri, C. (1993). Hernández de Cordoba, Capitán de Conquista en Nicaragua. Managua : Serie histórica, Colección Cultural, Banco Nicaraguense.
Vega Bolaño, A. (1954). Documentos para la Historia de Nicaragua. (1).
Vega Bolaños, A. (1954). Documentos para la Historia de Nicargua. (3).
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